No se tiene una fecha específica de cuándo fue que entraron las loterías a Colombia, ya que estos juegos empezaron a ser fomentados entre las comunidades de manera clandestina, por lo general se jugaban en lugares ocultos, ya que no eran bien vistos moralmente y durante el siglo XII fueron prohibidas y perseguidas, ya que se consideraban cómo un vicio, en el cual muchos hombres quedaban en quiebra y perdían sus trabajos.
A finales del siglo XVIII el gobierno neogranadino decidió establecer el monopolio de las loterías con el fin de lucrarse de sus ganancias generadas. y se establece una actitud ambivalente hacia este, bajo un interés de renta. Más tarde en el año 1782 varios oficiales reales de la provincia de Antioquia, se presentaron ante el Virrey Manuel Antonio Flores, con el propósito de presentar una propuesta, la cual se basaba en aumentar la renta a través de la producción de de sectores productivos, dejando de lado la renta que hasta momento generaba el monopolio de la lotería.
A medida de esto nace una un organismo financiero conocido para ese entonces cómo montepíos, esta organización se encargaba de gestionar y administrar los recursos obtenidos por parte de los sectores de producción, para destinarlos a agricultores, mineros y comerciantes de la ciudades de Antioquía, Rionegro y Medellín. Las loterías eran parte de la participación en las inversiones, estás aportaban un 10% de sus ganancias. Su participación se hacía a través de un sorteo de 100.000 pesos lo cuales se jugaban cada 3 meses, las ganancias obtenidas allí, pasaban a manos de los montepíos para ser administrada. Está lotería contaba con una reglamentación basada en estatutos pospuestos por el rey Carlos II de España, aunque las loterías no fueron acogidas en todo el territorio granadino durante el período hispánico. Estás apenas se establecieron en la ciudad de Santa Fe bajo el respaldo del Gobierno Virreinal.
Hacia el mes de junio del año 1972 se estableció la primera lotería pública, la cual fue publicada y promocionada a través de la imprenta, Esta lotería ofrecía un sorteo mensual de 1.000 pesos, en su segundo sorteo se entregaron 875 pesos con un residual de 25 pesos lo cuales iban destinados para público y de funcionamiento y 100 con con destino al objeto de establecimiento, debido al poco abastecimiento de billetes ante la demanda de apostadores en el segundo sorteo, en el siguiente sorteo se adicionaron 125 billetes más con un premios mayor de 100 y adicionando un premio seco de 25 pesos.
La lotería fue muy bien aceptada entre los ciudadanos, de esta manera se empiezan a incrementar la cantidad de premios, y se imprime una gran cantidad de billetes, los premios ofrecidos se evaluaban entre: 1 premio mayor de 1.800 pesos, 1 premios de 300 pesos, un premio de 100 pesos, 4 premios de 50 pesos y 8 premios de 25 pesos. Esto animó bastante a los apostadores ya que en menos de 4 días se vendieron una totalidad de 2.000 billetes. De esta manera en el próximo sorteo se aumentaron más los premios, pero las ventas bajaron, por lo tanto los próximos sorteos se hicieron bajo debidas normas, esta baja demanda se dió debido a que muchos de sus apostadores se vieron desilusionados por el hecho de no haber ganado el premio mayor.
Esto produjo diversas opiniones entre los cabildos y el Virrey quien decidió hacer hincapié ante esta problemática, mientras tanto entre los ciudadanos apareció una mujer quien decidió dar subopinión frente un multitud de gente en medio de la tertulia, es así cómo dirigiéndose a todos les dice, que bajo la concepción de una caridad ilustrada, en la lotería nadie podría perder ya que en virtud de los deberes del hombre en sociedad, era prioritario contribuir al bien común, del cual todos se favorecen por medio de la participación en la lotería, esta era una posición filantrópica de la lotería mediante la cual dio un mensaje claro su audiencia.
Pese a esto aun así las bajas ventas siguen en picada, de esta manera, se establece un cabildo el cual tome medidas sobre administración de la lotería, y se planea que con 10% de recursos obtenidos sean usados en construcciones que beneficien a la ciudadanía, ya sea en puentes, hospitales, escuelas y establecimientos públicos.
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